martes, 22 de mayo de 2012

Evolución del comercio minorista en Argentina. Distribución de alimentos y productos en general a Gran Escala: 1990-2005.

Silvia Mascaretti


Introducción

El presente trabajo tiene como objetivos reconocer y evaluar los cambios y evolución en las formas de comercialización minorista de alimentos y productos en general a gran escala en Argentina.
Las modificaciones en las formas de comercialización de alimentos y mercaderías en general se han producido en una época de profundas transformaciones tanto en las condiciones del funcionamiento macroeconómico del país como en la evolución de la economía mundial.
Entre los cambios más relevantes existen nuevos paradigmas tecnológicos, transnacionalización económica, conformación de bloques regionales, nuevas formas de regulación de los mercados mundiales y difusión a escala general de nuevos patrones de consumo, de los cuales Argentina no está desvinculada.
Los cambios del contexto político y económico en la República Argentina en las últimas dos décadas se encuentran entre las principales causas de las modificaciones registradas en los sistemas de distribución de alimentos. Este proceso fue decisivo a partir del redespliegue internacional de las mayores cadenas de la gran distribución de los países industrializados, en respuesta a las crecientes trabas para su crecimiento debido a sus mercados saturados, recrudecimiento de la competencia, reglamentaciones legales y restricciones a su expansión vía nuevas aperturas. (Gutman, ob.cit.).
Si bien la instalación de los supermercados en la Argentina se remonta a los años ‘50 y cobra nuevo impulso en los años ‘70, los grandes cambios en el sistema de comercialización de productos alimenticios se producen a partir de la década de los ‘80.
El modelo de la gran distribución llegó de la mano de grandes empresas extranjeras al país con la modalidad de hipermercados. La actividad hipermercadista de origen extranjero se expandió en Argentina en un contexto socioeconómico muy diferente al de los países de origen de sus capitales.
Este proceso se profundiza en la décadas de los ’80 y ´90 con la fuerte expansión registrada por las grandes empresas del sector y con el arribo de nuevos competidores, agudizando el problema de las formas de competencia imperantes.


Parámetros para establecer el concepto de Hipermercado

 Resulta complicado establecer los parámetros que definen el concepto de hipermercado. Entre quienes han tratado el tema no existe un acuerdo pleno en torno a los criterios y límites que separarían y definirían a los autoservicios, supermercados e hipermercados.
Para clasificarlos se podría tomar la naturaleza de las firmas y su radio de acción y entonces tendríamos: grandes cadenas nacionales y multinacionales, que operan con sus filiales en las principales ciudades del país; cadenas regionales, desplegadas en un radio geográfico más limitado y no en el interior; establecimientos independientes que cuentan con pocas sucursales. (García, ob.cit.).
Otra clasificación según surge del mercado al cual mayoritariamente se dirige la operatoria de la firma los dividiría en: “mercado precio”, donde la variable fundamental que le imprime las características básicas al establecimiento es precisamente la competencia en función del valor de los productos y servicios y su vinculación con el poder adquisitivo de los consumidores potenciales; “mercado imagen”, donde la variable fundamental está puesta en la faz imaginaria de los productos, o sea, en los valores percibidos por los clientes.(García, ob.cit.)
●La Ley 12088 de la Provincia de Buenos Aires, considera Grandes Superficies Comerciales a todos los establecimientos de comercialización mayorista y minorista que ocupen en total un área superior a los dos mil (2500) metros cuadrados cubiertos.
Una clasificación según tamaño y rubro de productos ofrecidos para los autoservicios, supermercados e hipermercados, incluiría para el caso de los últimos a los establecimientos que concentran más de 5000 artículos en venta, en superficies mayores a los 2500 metros cuadrados. En Argentina existirían según esta clasificación, hipermercados al estilo Carrefour y Wal Mart, con superficies de alrededor de 10.000 metros cuadrados y que hacen hincapié fundamentalmente en la variable precio (el precio más bajo).
Un proyecto presentado por UCIP (Unión Comercio, Industria y la producción) al Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredón se refiere a los hipermercados como emprendimientos que superan los 7.500 m2 de superficie.
Como criterio complementario de clasificación, y según la empresa consultora privada IPSA-Nielsen, los hipermercados presentan no solamente superficies mayores a los 2.500 m2, sino que agregarían el equipamiento de 25 o más cajas registradoras.


Legislación vigente en Argentina de regulación
de grandes superficies comerciales

● Ley 12088 de la Provincia de Buenos Aires
● Ley 12069 de la Provincia de Santa Fe
-  Certificación Municipal conforme a la legislación sobre zonificación de acuerdo al Municipio.


El fenómeno del Hipermercadismo.

Características de la Gran Distribución

El desarrollo de grandes empresas de la distribución en cadena, supermercados e hipermercados, ha ido desplazando progresivamente al pequeño minorista a través de un proceso de concentración, diversificación e internacionalización. La estructura de la distribución de alimentos hacia fines de la década de 1990 tendió a polarizarse entre un amplio conjunto de pequeñas empresas especializadas y un reducido número de grandes empresas multiproducto y multi-locales, que operaron a escala nacional e internacional.
El moderno funcionamiento de los complejos agroalimentarios se asentó en las innovaciones de las tecnologías de la información y de la comunicación, con tendencia hacia una mayor automatización de etapas y procesos. La reorganización del circuito comercial desplazó el “núcleo” dinámico y estructurador de los sistemas agroalimentarios hacia las etapas más próximas a los consumidores finales, las grandes cadenas de hipermercados y supermercados, impulsando y promoviendo la reestructuración productiva, tecnológica y comercial en todas las etapas del sistema agroalimentario. Las grandes empresas de la circulación y distribución de alimentos se transformaron en agentes protagonistas dentro de los sistemas agroalimentarios. Estas nuevas modalidades de funcionamiento en los países industrializados comienzaron a reproducirse en la Argentina, configurando un sistema productivo y comercial de transición (Gutman, ob. Cit.)
Lectores ópticos, códigos de barras, programas informáticos de gestión de pedidos, de control de stocks y de clientelas, de ayuda a la organización empresarial, fueron modificando el funcionamiento de la distribución minorista de alimentos. Su difusión permitió la formulación de prácticas empresariales más flexibles como las políticas de stocks mínimos y de reaprovisionamiento diario y con una más rápida adaptación de las variaciones de la demanda. Las nuevas formas organizativas tienden al desarrollo de una gestión de flujos tensos que está en la base del logro de las mayores capacidades adaptativas.
Surgen en los últimos años noventa actores que adquieren una importancia creciente y que son beneficiarios de las avances tecnológicos, los prestatarios de servicios logísticos, quienes asumen funciones que progresivamente son externalizadas por empresas productoras y distribuidoras, e integran, además de los aportes en tecnologías de la información, los progresos registrados en los sistemas de transporte, en la tecnología de frío, de conservación y empaque. Se transforman así, en agentes claves de la mayor eficiencia conjunta de los sistemas agroalimentarios, donde los costos logísticos como el transporte en forma y plazos de entrega, manejo de inventarios y stocks, almacenamiento, tratamiento de pedidos, deben ser los más adecuados.
La concentración de las compras en la gran distribución ha sido concomitante con la pérdida de importancia en la circulación de los bienes de los canales mayoristas de la distribución.


Causas de la instalación y perspectivas.

Varias fueron las causas que determinaron la evolución del sistema de autoselección, tanto desde el punto de vista de la cantidad de negocios como desde la concentración de las ventas en los locales de grandes superficies.
Analizando el comportamiento del consumidor, de las tres componentes clásicas de la función, ingresos, precios y hábitos, los últimos son los que tuvieron mayor peso en la expansión del sector. En cambio el estilo de vida del consumidor, quien sustituye compras en los pequeños comercios tradicionales hacia los supermercados multirrubros, se expresa en el avance de cambios en el equipamiento hogareño como el efecto freezer – microondas que alarga el período de reposición.
La mayoría de los supermercados e hipermercados admite tarjetas de crédito, este tipo de operación no es posible en todos los negocios tradicionales que venden alimentos y artículos de higiene y tocador. La posibilidad de pagos con tickets y chequeras también incide en la decisión del consumidor de comprar en supermercados e hipermercados.
Desde el punto de vista de la oferta, el super e hipermercadismo, alimentados sinérgicamente por la conducta de los consumidores, crecieron apoyados sobre la escala de operaciones que permite a los grandes supermercados presentar precios más bajos que los comercios minoristas más pequeños. Además las principales ventajas de las cadenas de supermercados son la disposición de las góndolas, el mix de mercaderías y su exhibición, la cantidad de cajas por superficie de venta, los scanners, las playas de estacionamiento, las normas de limpieza, las ofertas, los sistemas de compras, el manejo de existencias, son algunas de las variables clave que determinan el éxito o fracaso de estos establecimientos.
Otras claves del avance de supermercados y autoservicios son: mayor aprovechamiento de infraestructura y personal, y márgenes operativos que les otorgan mayor capacidad para soportar la presión impositiva y la escasez en la plaza de crédito financiero y comercial, factores que tienden a expulsar a los comercios minoristas de los rubros comercializados en los grandes supermercados (Masana y Posada, ob. Cit).
A partir de los años ‘50 comienza la expansión de los puntos de venta minoristas de productos alimenticios del tipo self service en la Argentina. A lo largo de las décadas de 1950 y 1960 se expande este tipo de comercios con cadenas en la Capital Federal, conurbano bonaerense y el interior. En el mismo período aparecen en la ciudad de Mar del Plata las primeras empresas de supermercados.
Los años ‘70 muestran un desarrollo divergente de los establecimientos asentados sobre la Capital Federal y el conurbano respecto de aquellos del interior: mientras los primeros sufren un proceso de retracción, cerrándose los locales de varias cadenas, los segundos inician una etapa de modernización.
Ya en la década de 1980 el supermercadismo entra en una etapa fuertemente expansiva y de cambio cualitativo muy profundo.
La llegada de una de las principales cadenas mundiales como Carrefour dislocó totalmente el panorama sectorial, obligando a una nueva reestructuración del self service, la que fue acompañada con la instalación de otras empresas internacionales y la expansión de las existentes.
El ingreso de capitales extranjeros al sector está fuertemente relacionado con la estabilidad económica, política y la democracia. Por ejemplo, al decidir la instalación en el país en 1987, los funcionarios de la empresa Makro, con capitales de origen holandés, preguntaban si la democracia sería duradera, ya que por principio de la empresa no se instalaban nunca en países con gobiernos de facto. El presidente de la empresa Wal Mart Internacional, en una conferencia de prensa en marzo de 1995, aclaró que el establecimiento de la cadena en la Argentina está relacionado estrechamente con las reformas económicas y con la apertura de la economía argentina.
Llegados los años ‘90 el ingreso de nuevas cadenas continúa, al tiempo que las ya existentes se expanden considerablemente, acrecentándose la competencia y dando lugar a un intenso proceso de salidas de la actividad de varias empresas y de compraventas de algunas por capitales extranjeros.
La visión del licenciado Domínguez (1994) se tiene en cuenta en este trabajo, ya que en aquel momento este autor proyectó una realidad que se puede constatar claramente. La penetración de los supermercados e hipermercados en los canales de la comercialización minorista de productos de consumo masivo experimentó un fuerte incremento en los últimos años.
En 1981, entró al país la cadena Carrefour que implicó  el comienzo de un cambio cualitativo y cuantitativo del sector de comercialización minorista. 
Entre 1981 y 1994 la cantidad de supermercados en la Argentina pasó de 546 a 941 bocas, alcanzando un máximo en 1993 de 1025 negocios, de acuerdo con un informe del Proyecto PNUD publicado en la Revista Realidad Económica Nº 143 que menciona como informante a la Empresa Encuestadora A. J. Nielsen. (Cuadro 1.).
Hasta 1994 la penetración de los supermercados tuvo lugar a través del crecimiento de las cadenas existentes más que de la instalación de nuevas firmas. En 1995 continuó la expansión del sector a través del ingreso de nuevas empresas y la apertura de bocas adicionales de las firmas establecidas.
El ingreso de Wal Mart, empresa de comercialización minorista de productos a gran escala, y el fuerte crecimiento de los últimos años, impulsó varios proyectos de apertura de nuevas sucursales a partir de 1995.
Comienza así la expansión de este tipo de empresas con modalidad de hipermercado hacia el interior del país a las grandes ciudades, es decir a zonas de gran densidad de población.
En el orden internacional se ha detectado a principios de los ‘90 cierta pérdida de dinamismo de los super e hipermercados norteamericanos, a causa de un menor incremento demográfico y de una mayor competencia por parte de tiendas pequeñas que ofrecen una limitada línea de bienes de uso común de gran demanda cerca de las áreas residenciales, con amplios horarios de atención.
“Sólo quedarán los más fuertes” señala una publicación periodística de agosto de 1993 (citada en Domínguez, ob.cit.). Es que el futuro del mercado de la alimentación y su consecuencia la comercialización de comestibles, deberá seguir una estrategia hacia la especialización para sobresalir. Domínguez explica que la competencia será cada vez más feroz y las alternativas con opciones estratégicas serán bien claras. Mayor cantidad de bocas de expendio, mayor calidad y servicios, mejores precios, mayor penetración en los mercados serán los objetivos que apunten a una reconversión total con miras al tránsito final hacia los hipermercados y los shoppings. Estos objetivos que apuntarán a la meta clara de rentabilidad, deberán basarse en políticas orientadas a reducir al máximo los costos fijos, elevar el índice de rotación de las mercaderías y al mejoramiento de la gestión de stocks.
Desde el punto de vista del Estado, el supermercadismo es una actividad fiscalmente formal y por lo tanto oficia de Gran Contribuyente. En el pequeño comercio, la evasión es una tentación mucho más sencilla, y sucede mucho que, por ejemplo la evasión del IVA es la única rentabilidad del comerciante. En ese sentido el supermercado es más conveniente desde el punto de vista fiscal y provisional. Aunque paguen poco al personal, siempre es un aporte.
En las empresas de gran distribución muchos son empleos precarios en relación con otros, pero tienen seguro de desempleo, que otros no poseen.
En materia de precios, hasta el año 2000 podía de diferencias abismales entre las grandes empresas de comercialización minorista y los pequeños almacenes. En la actualidad se visualiza una nivelación más clara. Las pequeñas unidades han reaccionado, han hecho centrales de compras consiguiendo mejores precios de costo, han hecho en las prestaciones.


La distribución minorista de alimentos y productos en general a gran escala en el mundo.

El sistema agroalimentario mundial ha cambiando de manera intensa, tanto desde el lado de la oferta como del lado de la demanda. Nuevas formas organizativas entre proveedores y comerciantes, nuevos productos, nuevas formas de aprovisionamiento, nuevos espacios de compras y gustos volátiles, son algunas de las manifestaciones de ese cambio (Masana y Posada, ob cit.).
La configuración del comercio minorista en Europa, si bien ha seguido pautas y evoluciones diferentes en los distintos países, presenta una fuerte y creciente concentración del sector en manos de pocas y grandes cadenas y un desplazamiento del pequeño negocio tradicional. Ello tiende a la conformación de estructuras comerciales altamente polarizadas, con pocas y grandes empresas que controlan la mayor proporción de las ventas y un número relativamente elevado de pequeños negocios modernos y especializados (Gutman, ob cit).
Entre los factores económicos y sociales más importantes que se hallan en la base del desarrollo de la Gran Distribución (como se llama al sistema de comercialización a gran escala), se encuentran el tamaño del mercado, el nivel de vida de la población (ingreso disponible y proporción de gastos de alimentos), la densidad demográfica y la urbanización, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y los cambios socio-económicos que influyen en la conformación de la familia tipo y en sus pautas de consumo como el equipamiento doméstico en bienes durables (heladeras, hornos microondas, y automóviles).
A pesar de una tendencia cada vez más fuerte hacia la expansión de las grandes empresas en el comercio minorista en toda la región europea, impulsada a partir de la puesta en marcha del Mercado Único, las diferencias económicas y sociales, así como diversas formas y medidas de reglamentación del sector de la distribución, han producido dos imágenes contrastantes del comercio minorista en Europa.
En términos generales, las reglamentaciones que existen en Europa en relación al sector de la distribución, pueden agruparse en cuatro categorías que responden a cuatro grandes problemáticas:
a. Protección del pequeño comercio, reglamentando la creación de grandes superficies (reglamentaciones se encuentran en Francia, Italia, Bélgica y España);
b. Las reglas de urbanismo y el régimen de ocupación del suelo;
c. Restricciones relativas a las horas y días de apertura de los locales; y
d. Restricciones en relación a prácticas anticoncurrenciales y las relaciones entre productores y distribuidores.

Los países del sur, Portugal, Grecia y en menor medida España -país en el que en años recientes se han instalado grandes cadenas francesas del comercio minorista- se caracterizan por una fuerte densidad de pequeños negocios, con preponderancia del pequeño comercio de proximidad y pocos hipermercados (en promedio uno cada 500.000 habitantes).
El aparato comercial de Italia se encuentra también muy disperso. En este país el pequeño comercio ha estado durante mucho tiempo protegido por una reglamentación muy estricta. En los ‘90, la tendencia hacia el desarrollo de empresas minoristas modernas de gran escala, se ha traducido en la disminución de negocios en el sector minorista en estos países, y el crecimiento de los hipermercados. Un caso resaltante al respecto es el de España: entre 1984 y 1990, a partir del ingreso del país a la Unión Europea, se registró el cierre del 46 % de los comercios minoristas de la alimentación, y el 70 % de los nuevos negocios que abrieron en esos años.
En el norte de Europa, por el contrario, en Alemania, en el Reino Unido y en Francia, el aparato comercial se encuentra mucho más concentrado, con un promedio de 0,8 a 0,9 negocios cada 100 habitantes y un hipermercado cada 70.000 habitantes.
En los pequeños países (Bélgica, Holanda) de alta densidad de población, los hipermercados están menos extendidos, pero los supermercados son numerosos.
El número de hipermercados y supermercados en Francia ha crecido desde 1988. Las ventas de los supermercados han aumentado en más de un 20 %, y la de los hipermercados en un 40 %. En 1994 ambos tipos de cadenas minoristas, alcanzando sólo un 6 % del total de negocios de la alimentación, concentraban cerca del 60 % de las ventas alimentarias y el 18 % de las ventas no alimentarias (INSEE, 1995, citado en Gutman, ob.cit). La disminución de los negocios tradicionales de la alimentación a lo largo de la década de los ochenta, ha sido el resultado combinado del desarrollo de la GD y de la evolución económica del país. Un estudio realizado por INSEE muestra que, entre 1980 y 1988, en las comunas donde se abrieron hipermercados y supermercados, los negocios tradicionales registraron una disminución del 40 %, mientras que en aquellas en las que no se instaló este formato de empresas, la caída fue del 25 %.
Alemania ha experimentado también una fuerte concentración de sus ventas en los negocios de la GD: entre los años 1991 y 1993, las cinco mayores cadenas aumentaron sus partes de mercado de un 45% a un 55%. Más del 20% de los comercios minoristas desaparecieron en la década de los ochenta, disminuyendo en los noventa a una tasa promedio del 2,3% anual (Rabobank, 1994; citado por Gutman, ob.cit).
Inglaterra presenta una de las estructuras comerciales más concentradas. La participación en las ventas alimentarias de las empresas de la GD alcanzó a fines de los ochenta al 74%; los negocios independientes participaron con un 15% de las ventas, y las cooperativas con el 11% restante. La disminución de los negocios minoristas fue muy acentuada, estos pasaron de 142.500 en 1976 a sólo 86.800 en 1990 (Spencer h, 1992; citado por Gutman, ob.cit).
Esta evolución de las estructuras minoristas en los países europeos pone en evidencia, por una parte, que la configuración actual del sistema minorista en Argentina no es un fenómeno peculiar del país. Por el contrario, este sigue las pautas y las tendencias registradas en los países industrializados. Por otro lado, en Argentina, a diferencia de la mayoría de los casos europeos -en los que estas transformaciones tuvieron lugar a lo largo de las últimas tres décadas-, la reestructuración del comercio minorista es un proceso que arranca entrada la década de los ochenta.
España es tal vez el país cuya evolución se asemeja más a la de Argentina. La intensidad de los impactos sobre la configuración del sector y sobre el resto de los agentes y etapas del sistema alimentario son, por consiguiente, más fuertes en la Argentina.


Geografía del Hipermercadismo en Argentina. Contexto político-económico.

Tomando como marco de referencia a los autores Rofman y Romero (1997) es adecuado tener en cuenta el contexto estructural de la República Argentina, que permitió que se desarrollaran en el país determinadas acciones.        
Se evidencia claramente cómo el proceso de globalización provoca exclusión social. Hasta 1975 existía en Argentina una configuración del espacio geográfico caracterizado por un fuerte peso en las actividades productivas y población en la región centro y litoral. A partir de entonces se produce el llamado ajuste estructural, con una pérdida de peso en las áreas mencionadas, las que recibían población del resto de las provincias (población de la periferia) en busca de mejores condiciones laborales.
El modelo vigente en la actualidad tiene características de concentración económica, polarización y subutilización de las fuentes de trabajo urbano y rural. Entonces, los cambios espaciales se expresan en procesos económico-sociales traducidos en pobreza urbana, desocupación y subocupación, distribución regresiva del ingreso y creciente expulsión social.
Así en los grandes centros se dieron contrastes de áreas limitadas con signos de opulencia –comercios sofisticados como shoppings center– y viviendas de lujo. A la vez se multiplicaron y extendieron áreas degradadas o en decadencia con características y población cuya inserción en el sistema laboral y capacidades de consumo se debilitaron progresivamente.
En el último tramo de esta etapa hubo una reducción de la inversión estatal y la deserción del sector público, así se privilegió el rol de los agentes económicos de gran tamaño. Los emergentes actores sociales, nuevos propietarios de las empresas públicas privatizadas, toman decisiones de las cuales surgen las transformaciones de mayor magnitud a escala urbano- regional. Aparece la extranjerización de un segmento importante de la industria argentina, los emprendimientos productivos con capitales o marcas externas.
Esto implica acceder a mercados regionales e internacionales, incorporando tecnología que impide operar a las pequeñas y medianas empresas. Se amplían las fronteras y no se realizan los estudios necesarios para reconocer los impactos espaciales de tales inversiones. Pocos ganan, los más poderosos; muchos pierden, los menos capaces de adaptarse a las nuevas tendencias del mercado. Si bien la instalación de los supermercados en la Argentina se remonta a los años ‘50 y cobra nuevo impulso en los años ‘70, los grandes cambios en el sistema de comercialización de productos alimenticios se producen a partir de la década de los ‘80.
Como ya se ha mencionado, el modelo de la gran distribución llegó de la mano de grandes empresas extranjeras al país con la modalidad de hipermercados. La actividad hipermercadista de origen extranjero se expandió en Argentina en un contexto socioeconómico muy diferente al de los países de origen de sus capitales.
Este proceso se profundiza en la década del ‘80 con la fuerte expansión registrada por las grandes empresas del sector y con el arribo de nuevos competidores, agudizando el problema de las formas de competencia imperantes.
Los nuevos modos de comercialización, que se tradujeron en la instalación de grandes empresas, a partir de la ubicación de capitales extranjeros, como Makro y Carrefour en la ciudad de Mar del Plata y otras instalaciones en ciudades del país de  diferentes tamaños, aumentaron la competencia entre las distintas formas de comercio minorista, pequeños negocios tradicionales, supermercados e hipermercados. Comenzó así en el sector minorista, un proceso de concentración económica que agudizó el problema de la desocupación.
Para detectar los efectos de estas prácticas comerciales a nivel regional, es necesario comparar con su evolución en diferentes sociedades a escala mundial y nacional.
El sistema agroalimentario mundial ha variado de manera intensa. Nuevas formas organizativas entre proveedores y comerciantes, nuevos productos, nuevos espacios de compra y gustos cambiantes y volátiles son algunas de las manifestaciones de ese cambio. Para ello los oferentes de las empresas utilizan estrategias para tentar a los consumidores, empleando las más diversas maneras para atraer a sus compradores. 
El sector de la distribución minorista en Europa ha pasado por un período de intensa reestructuración desde mediados de la década de los noventa. Un aspecto esencial de esta reestructuración han sido los cambios en los hábitos de consumo en Europa, en las estrategias de las compañías minoristas, en los formatos y las fórmulas que se han desarrollado y en las relaciones que han establecido los minoristas con otros agentes del canal de distribución. Un aspecto implícito en estos cambios es la naturaleza altamente dinámica de la distribución. En este sentido, la innovación ha sido esencial para el éxito de los minoristas.

Estas características globales tienen sus expresiones nacionales y locales. Los profesores Masana y Posada explican que el paso de un estilo de producción/consumo estandarizado y homogéneo a otro variable y heterogéneo no se verifica solamente en los segmentos más visibles del sistema agroalimentario, también es factible detectarlo en sus múltiples facetas. A ello agrego que se suman todo tipo de ofertas-producto que van mucho más allá de lo alimentario.
Espacialmente nos interesa a los geógrafos las formas en que las áreas se van transformando y las consecuencias sociales que ello implica en un ambiente que por naturaleza es dinámico pero que las sociedades profundizamos con nuestras acciones.
La expansión de las grandes empresas de comercialización de alimentos y productos en general de tipo minorista, forman parte de los cambios más significativos en la década de los 90.
Las transformaciones del contexto económico en la Argentina en las últimas décadas, se encuentran entre las principales causas de las modificaciones registradas en los sistemas de distribución de alimentos y productos en general. Ejemplo de ello fue la instalación de los hipermercados en áreas donde el mercado no era lo suficientemente importante en tamaño como para que los comercios pequeños existentes pudieran seguir compitiendo con las grandes empresas; y a esto se sumaron las modificaciones en el espacio producidas luego de su ubicación.
La llegada de empresas de la G.D. (Gran distribución), en las décadas de 1980 y 90 a ciudades del interior del país, ha provocado alteraciones en las áreas cercanas a su ubicación como; concentración del comercio minorista en manos de reducida cantidad de firmas nacionales y transnacionales, disminución en la venta de productos en los pequeños comercios minoristas, modificaciones en la distribución geográfica de los mismos por cierre o apertura según algunos casos, además de la  transformación del ambiente urbano que de ello se ha derivado.  
La localización de las unidades de negocios de autoselección en el país se concentra en torno a áreas urbanas y semiurbanas, correspondiendo las mayores superficies de venta a los centros geográficos de mayor densidad de población.
El peso del interior del país en la distribución geográfica de los supermercados se asocia con la historia del sector en la Argentina. El supermercadismo en sus inicios se desarrolló con mayor contundencia en las provincias que en la Capital y Conurbano.
En los años ‘50 se instalaron autoservicios en varias ciudades del interior del país. En Mar del Plata, La Estrella Argentina fue el primero. En los años ‘60 la actividad tomó impulso en el área metropolitana por “efecto imitación” del modo de comercialización estadounidense, donde los supermercados tenían enorme éxito.
La aparición de Disco, Minimax, Gigante, Canguro, Satélite, Todo, Gran Tía y Llaneza entre otros, marcaron la época. De esos años data la construcción de Cadesa (Supermercados Norte), Alcazar de Toledo en Mar del Plata (negocio que instaló el primer Scanner), Disco SA, TIA SA, Supermercados Elefante (hoy de la propiedad de Supermar SA controlada por Disco), Acassuso Supermercados y Tanti, seleccionando entre los de mayor importancia hoy activos en el comercio minorista de la provincia de Buenos Aires.
En los años ‘70 varias de esas unidades de negocios cayeron. La cadena norteamericana Minimax de propiedad de la familia Rockefeller, abandonó el país -fue adquirido por Disco- en una época difícil para los capitales extranjeros. Iniciaron su actividad en esa década Coto, el Chivo SA y La Femina.
En el interior del país los supermercados enfrentaron un proceso de modernización operativa no traumática, sin sufrir los cierres que registraron la Capital y el Conurbano Bonaerense, dando origen a las principales cadenas que hoy existen.
Mar del Plata (Toledo, Elefante)
B. Blanca (Cooperativa Obrera)
Mendoza (Super Vera, Metro, Para Todos)
Córdoba (Supermercados Americanos’, Ahuacos, Caracol, Sol, Delfín, Hogar Argentino
Rosario (La Gallega, Reina Elena, La Reina)
Tucumán (Súper 25)
Entre Ríos (Abud, Los Hermanitos, Picaflor, Salvador)
Neuquén (Topsy, Bomba)

En los años ‘80 se inició la consolidación de las grandes cadenas en el área metropolitana, comenzando con la instalación de Carrefour Argentina, de capitales franceses, Cincosud (Jumbo) con participación chilena y alemana, La Gran Provisión (propiedad de Disco). La estabilidad económica y política alentó el ingreso de inversiones directas en este y otros sectores.
En 1994 el 33% del total nacional de los supermercados y autoservicios se localizaba en Capital Federal y conurbano bonaerense. (PNUD, ob. cit).
Para comprender el fenómeno del hipermercadismo y las transformaciones espaciales que este ocasiona en el ámbito local, es necesario entender la transnacionalización del capital que afecta a los diferentes ámbitos de la vida social humana.
En los últimos años de la década de los`90 llegaron a Mar del Plata, primero MACRO y luego Carrefour, instalando, en áreas estratégicas de la ciudad los hipermercados que provocaron el consiguiente impacto socioeconómico-ambiental en corto plazo. (Mascaretti, ob.cit).
Los cambios en nuestro país fueron impulsados por el ingreso de grandes firmas internacionales de la gran distribución, para ello influyó una creciente transnacionalización  de la economía y consolidación de bloques regionales a nivel externo, y los procesos de apertura, desregulación y estabilización de la economía a nivel interno.
En los últimos años el desarrollo de grandes empresas de la distribución de alimentos y productos en general en cadena, supermercados e hipermercados, ha ido desplazando progresivamente al pequeño minorista, a través de un proceso de concentración, diversificación e internacionalización económica.
El sistema de comercialización minorista de alimentos y productos en general, ha cambiado a nivel mundial, tanto desde el lado de la oferta como desde la demanda. Nuevas formas organizativas entre proveedores y comerciantes, nuevos productos, nuevas formas de aprovisionamiento, nuevos espacios de compras y gustos cambiantes son algunas de las manifestaciones de ese proceso.
La dinámica reciente de los sistemas agroalimentarios en los países industrializados se ha caracterizado por la introducción de importantes innovaciones tecnológicas y la consolidación de nuevos patrones de consumo. La estructura de la distribución de alimentos tiende a polarizarse o concentrarse entre un amplio conjunto de pequeñas empresas especializadas y, un reducido número de grandes empresas multi-producto y multi-locales, a las que la Dra. Graciela Gutman menciona en su trabajo como empresas de la Gran Distribución o GD, que operan a escala nacional e internacional.
Los estudios de referencia muestran evidencias sobre  el cambio en los hábitos y conductas del consumidor. Este ha terminado siendo seducido por la propuesta integral del hipermercado que ofrece acceso fácil, estacionamiento gratuito, precios convenientes, variedad de productos y marcas, exhibición y otros servicios. Ello se combina con la propuesta más abarcadora de los centros comerciales, que además del hipermercado ofrecen patios de comida, cines, locales de juego y música. Es decir, una atractiva combinación de seguridad, servicios, diversión y marketing.
Es conveniente aclarar que este tipo de ventajas se combina de manera diferente en cada cadena en función de los segmentos sociales a los que apunte el eslabón de la GD, lo cual implica a su vez privilegiar un determinado perfil comercial.
El sistema de comercialización de alimentos en la Argentina abarca una multiplicidad de negocios que cubren un amplio abanico de tipos de empresas, estos van desde el típico kiosco hasta las grandes firmas de supermercados e hipermercados en cadena y supermercados independientes, pasando por los tradicionales pequeños comercios de proximidad, autoservicios y modernos minimercados o negocios de conveniencia. El desarrollo de las formas modernas de comercialización en la Argentina, con la expansión de las grandes cadenas de supermercados e hipermercados y la concentración de las ventas en estas empresas, es un fenómeno relativamente reciente. A comienzos de la década de los setenta, más del 80% de las ventas de alimentos en el país se realizaba en los tradicionales negocios especializados de alimentos: almacenes, carnicerías, verdulerías y fruterías, fiambrerías y panaderías. Su importancia se mantuvo a lo largo de la década: en 1978 estos negocios absorbían el 71% de las ventas minoristas de alimentos.
La desaparición de pequeños comercios minoristas de la alimentación es un hecho que se constata diariamente y del que dan cuenta, de manera fragmentada, noticias periodísticas. Sin embargo, no se dispone de estudios globales y de información actualizada que permitan medir la magnitud de este proceso. Las cifras de los dos últimos censos económicos mostraban una importante caída en el número de negocios tradicionales entre 1984 y 1993 del orden del 35%, así como de la ocupación generada por estas empresas, con una disminución del 31%, y su constante pérdida en la participación de las ventas del sector.
Este proceso se ha acentuado en los últimos años, en los que el avance explosivo de las cadenas de la gran distribución y de nuevas modalidades de centros comerciales (Shopping Centers y galerías comerciales de supermercados e hipermercados) se sumó a las tendencias recesivas de la economía, con su impacto negativo sobre los niveles de consumo y de empleo. Ello se ha traducido no sólo en la continuación del proceso de desaparición de locales de comercios tradicionales, sino también en una drástica disminución de las ventas de los negocios que lograron resistir y permanecer en el mercado.(Gutman, ob. cit.)  
La expansión de la GD ha implicado la apertura de nuevos puntos de venta, la remodelación y/o relocalización de las bocas existentes, y la construcción de infraestructura que requiere grandes inversiones.
La explosión de localizaciones se vincula entre otros aspectos con los movimientos anticipatorios que produjo el arribo al país de la cadena norteamericana Wal-Mart. En este sentido, la apertura de nuevos locales integra un complejo conjunto de decisiones. Por una parte, la ocupación de nuevas localidades surge como acciones destinadas a captar el mercado existente e impedir o limitar la instalación de cadenas competidoras.
El acercamiento al mercado ampliado del MERCOSUR está formando parte asimismo de los proyectos estratégicos de las grandes cadenas, e influyendo en las expansiones hacia las provincias, más allá de la clientela potencial que significan las poblaciones de las grandes ciudades del interior.
Existe importante información publicada en artículos periodísticos acerca de la actividad de comercialización de productos a través de grandes empresas, como también el pedido de regulación de las mismas por parte de las pequeñas empresas y de actores sociales agrupados en diferentes asociaciones.  

Cuadro 1. Estructura del canal de autoselección.

Tipo de negocio
Superficie en m²
Cantidad
Hipermercados
Más de 2.500
25
Supermercados grandes
De 1.000 a 2.500
200


225
Supermercados medianos
De 500 a 1.000
450
Total

1.025
Autoservicios grandes
De 200 a 350
1.000
Autoservicios medianos
De 100 a 200
3.000
Autoservicios chicos
Menos de 100
6.000
Total

10.000

Fuente: PNUD ARG> 93/ 009, sobre.”Quién es quien en los Super’s de
la Argentina”, S&A.  Enero 1995, tomado de A. C Nielsen (Indec).


Cuadro 2. Super e hipermercados. Superficies de venta y cantidad de bocas en el país
Superficie del local en m2
Cantidad de bocas
+ de 4000
103
1001 a 4000
382
+ de 1000
485
501 a 1000
366
Hasta 500
577
Subtotal
943
Total de bocas
1424
Fuente: Indec 2005
Comparando los cuadros 1 y 2 podemos observar que en diez años se han duplicado las empresas de más de 1000m2 de superficie.   

Supermercados. Cantidad de cadenas, ventas totales por bocas, personal ocupado.  Años 2000-2005. 

Período
Supermercados
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)


Miles de $

Miles de $
m2
$

$

2001
77
13.508.069
1.385
813
2.016.216
558
717.837.089
18,8
97.478
2002
77
15.101.667
1.382
910
2.037.409
618
708.632.044
21,3
93.875
2003
72
16.553.387
1.397
988
2.048.717
673
729.478.002
22,7
88.937
2004
73
18.269.518
1.401
1.086
2.070.263
735
725.662.185
25,1
87.482
2005
73
20.917.656
1.431
1.218
2.100.956
829
715.436.691
29,2
87.475


(1)      Cantidad de cadenas
(2)      Ventas totales
(3)      Cantidad de bocas de expendio
(4)      Ventas por boca
(5)      Superficie del área de ventas
(6)      Ventas por m2
(7)      Cantidad de operaciones
(8)      Ventas por operación
(9)      (Personal ocupado


Nota: estos datos surgen de la Encuesta de Supermercados que realiza  mensualmente el INDEC. Se releva la actividad de una nómina de empresas de supermercados que cuentan  por lo menos con alguna boca de expendio  cuya superficie de ventas supere los 300 m².
Fuente:INDEC.








Grandes empresas en la Argentina: cantidad de empresas pertenecientes a grupos económicos. Años 1993 - 2003
Pertenencia
a grupo
Cantidad de empresas

1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Gru
194
202
202
185
184
185
166
162
157
147
82
Nacional
123
129
127
110
101
96
87
83
76
69
77
Extranjero
71
73
75
75
83
89
79
79
81
78
105
Nota: se define como grupo económico al conjunto de sociedades que son controladas en forma directa o indirecta por personas físicas o jurídicas, residentes o no residentes que poseen más del 50% de su capital social o de los votos necesarios para formar su voluntad social.

Fuente: INDEC, Encuesta Nacional a Grandes Empresas, (cuadro textual).




En 1993 existían en el país 194 grupos económicos de los cuales 123 correspondían a capitales nacionales y 71 a capitales extranjeros. En 1993, luego de diez años, había 12 empresas menos (182), de las cuales, 77 eran nacionales y 105 extranjeras. Es decir que la pérdida más importante se registró en empresas nacionales con una disminución de 45 unidades, y si observamos en 2002, la disminución era mayor tanto en cantidad de grupos económicos en el país como en empresas nacionales.
El dato relevante aparece en el grupo económico extranjero. En 1993 el número era de 71 empresas  pasando al año 2003 con una cantidad de 105.
Como vemos el aumento de empresas extranjeras en el período, es significativo, si además tenemos en cuenta que disminuyó el número de empresas nacionales pero también es menor el total de grupos económicos en el país.


Concentración regional del comercio minorista
de Gran distribución

“... el avance de la transnacionalización de economía ha favorecido la expansión de un número creciente de grandes empresas multinacionales que marcan el rumbo del proceso de acumulación en una economía mundo que ha acentuado su carácter no concurrencial, no parecen haber perdido vigencia las tendencias acumulativas de diferenciación interregional y de causación circular sistematizadas varias décadas atrás. Bajo esta dinámica, si bien no es posible afirmar que están cerrados los caminos para que algunos territorios menos desarrollados puedan iniciar procesos de crecimiento sostenido que les permitan mejorar su situación futura, no parecen suficientemente justificados ciertos augurios sobre una generalización de la tendencia hacia la convergencia.”  Mattos (1997).



Configuración espacial del comercio minorista de grandes dimensiones



  Área de concentración de empresas de gran distribución minorista

Fuente: Elaboración propia de acuerdo a datos del Indec 2000

En el mapa se observa la concentración de empresas de comercialización, con modalidad de hipermercado, en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos Corrientes, Mendoza.


Los procesos espaciales de funcionamiento en redes, se irán consolidando en los países de la periferia subdesarrollada. Porque esta articulación, ya avanzada en los países centrales, es un requisito para potenciar los factores de atractividad territorial, y consolidar y difundir, en el espacio local o regional, sistemas competitivos adecuados a las demandas del mercado globalizado.
Análisis a nivel del primer mundo parecen indicar que, en este mercado, la “competitividad sistémica” será el desafío para las localidades o regiones que busquen diferenciarse a través del “crecimiento económico con desarrollo social”
Una de las más recurrentes propuestas (Vázquez Barquero: 1996) es que las transformaciones regionales se alcanzan a través de la gestión estratégica de desarrollo local. Se trata de un desarrollo endógeno, desde las propias fuerzas locales y no a partir de instrumentos externos. Sus instrumentos son: participación de la población local (trabajadores, productores y empresarios),  desarrollo de sus organizaciones, formación y capacitación, y  fortalecimiento de las instituciones locales (municipios, organismos no gubernamentales, pequeños emprendimientos).
La pregunta que desde el análisis y desde la praxis de la realidad argentina aparece es: ¿existen en las áreas extrapampeanas viabilidad para este tipo de políticas?, y son ¿ellas potencialmente transformadoras de la fuerte polarización social y económica del presente? El análisis de los procesos concretos de crecimiento indicaría, por el contrario, que la divergencia se acentúa y sería mucho más pronunciada en el caso de las regiones rezagadas de los países de la periferia:
Las tendencias de organización espacial indican que la humanidad se encamina hacia un mundo de urbanización generalizada, que “la era de la información es ya y será cada vez más, la era de más megaciudades” (Borja y Castells; 1998:11 y 53), en este contexto las disparidades espaciales se irán profundizando, y si todo tiende hacia lo urbano, entonces nuevamente resulta evidente la necesidad de cambiar nuestras categorías mentales y nuestras políticas de gestión, buscando otros enfoques sobre las distintas formas de relación entre espacio y sociedad.


Consideraciones finales

Las empresas multinacionales de la distribución comercial han crecido no sólo en tamaño sino también en influencia económica, social y política, y son uno de los promotores y máximos exponentes del proceso de transnacionalización, basado en un modelo de producción económica y social en el que la creación y concentración de la riqueza son máximos. La concentración de la actividad comercial en grandes superficies, ubicadas generalmente en las periferias urbanas, despliega unos efectos de gran trascendencia socioeconómica
Han revolucionado el sector de la distribución minorista y se han convertido en escenarios donde los consumidores representan el acto de la compra, contribuyendo a configurar con ello una nueva cultura de consumo. Sin embargo, lo verdaderamente crucial de la masiva implantación de las nuevas fórmulas comerciales en el paisaje social ha sido el conjunto de impactos que generan sobre el medio ambiente, el espacio urbano y la vida social, colectiva e individual.
Aunque hace casi 50 años que surgen en Europa para reducir los costes de intermediación en la búsqueda de precios más bajos para el consumo, su desarrollo último ha promovido la concentración de las compras y su consiguiente oligopolio, además de la verticalización, centralización y extensión planetaria de la producción de alimentos y otros productos a lo largo de toda la cadena productiva y comercial, utilizando para ello prácticas empresariales cuestionables que les proporcionan cuantiosos beneficios. Su poder de compra, pero también su control sobre toda la cadena y la concentración en unas pocas empresas transnacionales, les ha permitido desarrollar condiciones comerciales abusivas en todas las fases de la cadena productiva-comercial de los productos que ofrecen en sus establecimientos.
El consumidor final es una pieza clave en toda esta cadena. Sus exigencias a la hora de adquirir cualquier producto para su consumo diario pueden hacer cambiar todas estas condiciones en el sector de la distribución comercial, guiando al mismo hacía unas relaciones mucho más justas, solidarias y sostenibles.
El modelo vigente en la actualidad tiene características de concentración económica, polarización y subutilización de las fuentes de trabajo urbano y rural. Entonces, los cambios espaciales se expresan en procesos económico-sociales traducidos en pobreza urbana, desocupación y subocupación, distribución regresiva del ingreso y creciente expulsión social.
En la Argentina las desigualdades regionales son resultantes de los procesos de concentración del capital, con la presencia de un intercambio desigual entre una región privilegiada (en la política, en las finanzas, en las comunicaciones, en la concentración del capital, en el dominio de la tecnología, y en el nivel de capacitación e investigación) y una periferia subordinada (en términos económicos, sociales y políticos).
Este diagnóstico derivó en la búsqueda de los instrumentos que desarrollaran una mayor equidad para paliar las enormes diferencias socioeconómicas entre distintos ámbitos territoriales y sectores sociales de un mismo país.
Hoy, aunque con variaciones, las desigualdades siguen vigentes y en muchos casos se han agravado.
● Agudización de la concentración del capital, que conforma y legitima el accionar regulador de los conglomerados de capital nacional y extranjero, debilitando, conjuntamente, a los estados nacionales, provinciales y municipales.
Surgimiento de áreas de integración fronteriza, dónde también grandes empresas y conglomerados ejercen el control.
Difusión del funcionamiento en redes (en sus variadas formas, intra e intersectoriales, de telecomunicaciones, tecnológicas, científicas, financieras, comerciales, empresarias, de consumidores, de comunidades, de gobiernos locales, etc.) que al superponerse sobre la realidad regional preexistente, la desdibujan, contribuyendo a la desaparición de muchas de las características que diferenciaban a unas regiones respecto a otras, y afectando la eficiencia de acciones particularizadas.
Así en los grandes centros se dieron contrastes de áreas limitadas con signos de opulencia –comercios sofisticados como shoppings center– y viviendas de lujo. A la vez se multiplicaron y extendieron áreas degradadas o en decadencia con características y población cuya inserción en el sistema laboral y capacidades de consumo se debilitaron progresivamente.
En el último tramo de esta etapa hubo una reducción de la inversión estatal y la deserción del sector público, así se privilegió el rol de los agentes económicos de gran tamaño.
 A partir del análisis desarrollado acerca de la evolución del comercio minorista de alimentos y mercaderías en general  a gran escala en Argentina, se pudieron detectar los siguientes efectos:
. Disminución de grupos económicos nacionales del sector.
. Aumento de las empresas de origen extranjero a nivel nacional
. Impacto social; reducción de puestos de trabajo.
. Concentración regional de grandes superficies de comercialización
. Cierre de pequeños comercios en las áreas próximas a los hipermercados a partir de la instalación de grandes superficies comerciales.

 Los emergentes actores sociales, nuevos propietarios de las empresas públicas privatizadas, toman decisiones de las cuales surgen las transformaciones de mayor magnitud a escala urbano-regional y aparece la extranjerización de un segmento importante de los emprendimientos productivos con capitales o marcas externas.
Esto implica acceder a mercados regionales e internacionales, incorporando tecnología que impide operar a las pequeñas y medianas empresas. Se amplían las fronteras y no se realizan los estudios necesarios para reconocer los impactos espaciales de tales inversiones. Pocos ganan, los más poderosos; muchos pierden, los menos capaces de adaptarse a las nuevas tendencias del mercado.
La legislación acerca de la regulación de las grandes superficies comerciales en Argentina es escasa. Sólo dos provincias poseen Ley que pretende regular su instalación; La Ley 12088 de la Provincia de Buenos Aires -Regulación de grandes superficies comerciales- y la ley 12069 de la Provincia de Santa Fe –Régimen Legal para Grandes Superficies Comerciale-.
En los municipios de las provincias de Buenos aires y Santa Fe existe una Certificación Municipal para regular la instalación de las grandes superficies comerciales, que debe encuadrarse en las respectivas leyes provinciales.
 El aporte que hace cada una de las leyes y normas municipales es insuficiente debido a que, hasta el momento, no impide la concentración comercial ni beneficia a los pequeños comercios minoristas.
 La transnacionalización ha favorecido la expansión de un número creciente de grandes empresas multinacionales que marcan el rumbo del proceso de acumulación en una economía mundo.
Las empresas multinacionales de distribución de alimentos y productos en general, han revolucionado el sector de la distribución minorista y se convirtieron en escenarios donde los consumidores representan el acto de la compra, contribuyendo a configurar con ello una nueva cultura de consumo. Sin embargo, lo verdaderamente crucial de la masiva implantación de las nuevas fórmulas comerciales en el paisaje social ha sido el conjunto de impactos que generan sobre el medio ambiente, el espacio urbano y la vida social, colectiva e individual.


Referencias bibliográficas


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Domínguez, Luis Martín: (1994), Hiper y supermercados. Estrategias frente al 2000. Revista Alta Gerencia 32, Editorial Interamericana, Bs. As. Argentina.
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Gorestein, Silvia: (1998), Sector agroalimentario: Las relaciones industria/gran distribución, Revista Desarrollo Económico, Vol. 38, N 149, Bs. As. Argentina.
Gutman, Graciela: (1997), Transformaciones recientes en la distribución de alimentos en Argentina, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Buenos Aires, Argentina.
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Martinez, Fernando: Habitar Mar del Plata. (1996), Programa Arraigo, FAUD / UNMDP, Mar del Plata, Bs. As. Argentina.
Mascaretti, Silvia: (2000) Tesis de Licenciatura, Hipermercados. Impacto socioeconómico-ambiental en la Ciudad de Mar del Plata.  UNMDP, Argentina.
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Rofman, Alejandro. Romero, Luis: (1997), Sistema socioeconómico y estructura regional en la Argentina, Amorrortu Editores, Bs. As, Argentina.


Otros Documentos y Leyes

Ley Provincial de Regulación de Hipermercados 12088: Departamento de Leyes de la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, agosto 1999.
Decreto de suspensión por 180 días de habilitación de hipermercados: Provincia de Buenos Aires, octubre 1996.
Proyecto: Comerciantes, Productores, Cámara empresariales, Asociaciones civiles y Gremiales de Mar del Plata. Julio 1996.
Proyecto de Ordenanza. CAMARSA (Cámara Marplatense y Zona Sudeste de Supermercados y Autoservicios), Diciembre 1996.
Ley 12069. Régimen Legal para Grandes Superficies Comerciales en la Provincia de Santa Fe. Decreto 3778/2002.Gobernación de la Provincia de Santa Fe, Dic. 2002.


Extraído de Liberali, Ana y Omar Gejo (directores) (2010) La Argentina como Geografía. Procesos Productivos e Impacto Social (1990-2008). Universidad Nacional de Mar del Plata. Universidad Nacional de Luján. Centro de Estudios Alexander von Humboldt. Unión Geográfica de América Latina. Red Latinoamericana de Estudios Geográficos de la UGI. Buenos Aires. ISBN 978-987-97685-5-6; pp. 109-138.

1 comentario:

  1. Hola Silvia, podré pedirte si me enviás tu trabajo : Mascaretti, Silvia: (2000) Tesis de Licenciatura, Hipermercados. Impacto socioeconómico-ambiental en la Ciudad de Mar del Plata. UNMDP, Argentina. ? No lo encuentro en la biblioteca de UNMDP. Me parece muy interesante. Muchas gracias :) mepolesello@gmail.com

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